El diario de Gabriel

Bueno, voy a ir colgando el diario aquí.
Por favor no respondais, si quereis decir algo cread otro tema.
Lo colgaré a dia de diario cada dos días hasta que llegue a la fecha actual de la partida.
Si tiene éxito y gusta igual me curro algo parecido para la partida que dirijo de 7º mar.
Para D&D no haré nada por ahora al menos.
Bueno, aquí teneis las andanzas del Legendario Capitan Gabriel el Rayo Blanco.

Me pregunto si alguien seguirá el diario. Bueno, nuevos "capítulos" han llegado, mañana el desenlace de la historia, ¿quien habra muerto, que habra pasado?

Fecha 1672-7º-28
He despertado está mañana en el rio, no consigo recordar nada,
un chico me ha recogido del rio y me ha llevado a su casa. Tenia
la ropa ajada y únicamente este cuaderno en el que escribo ahora.
agotado sin saber por qué me quede dormido en su casa.
Y soñe algo:

"Estaba en mi barco, con mis hombres. Un ser, una criatura
de las profundidades, no sabria decir que, pero algo nos
atacó,hundió el barco y acabó con mis hombres, yo he sobre-
vivivido,no sé como, pero he acabado en El Rio, en Vodacce,
cerca de la finca Soldano. Algo me arrastro hasta allí, no pude
llegar de otro modo...Soy un pirata, y mi nombre es GABRIEL,
no sabria decir el porque, pero lo sé."

EL chico se llama Carlo, y su madre Teresia. Parece ser
que su pueblo, Montillo de Ribera, tiene algun problema con
un tal Jorge el Rojo, el niño me habia ayudado sin pedir nada a
cambio, que menos que ayudarles. El chico habia salido corrien-
do hacia el pueblo porque nos habia dicho uno de los aldeanos
que estaban atacando a Teresia, corrí tras el y les dí su merecido,
se fueron con los pies por delante, a continuación la gente se
asustó, eran hombres del tal Jorge, la aldea habia pedido ayuda
a las tropas de Caligari, el principe de la zona, pero estas no lle-
gaban, y hacia tiempo que habian enviado al correo, les insté a
que lucharan, ¡y me hicieron caso!. hace un rato que estoy super-
visando una defensa para el pueblo. ¿En que lio me he metido?

Fecha 1672-7º-29
Al final Jorge el Rojo ha atacado. Ha traido un séquito de una vein-
tena de hombres armados, nosotros solo disponiamos de campe-
sinos sin entrenamiento y un par de cazadores algo mejor prepa-
rados.
Les hemos tendido trampas y emboscadas que planeamos ayer,
durante el enfrentamiento han empezado a quemar las casa, ha
habido escaramuzas, gente heria, muertos...hasta que el propio
Jorge ha capturado a Carlo y a su madre. Sus hombres habian
caído y el cobarde se habia encerrado en la iglesia, he ido a su
encuentro y una vez allí, usando a sus rehenes de escudo, ha in-
tentado matarme, pero no lo ha conseguido, si no no estaria es-
cribendo esto.
Despues de una pelea, en la que me he visto obligado a utilizar un
candelabro como arma contra su espada, iba a derrotarle, pero él
se ha escudado en Carlo para huir, por suerte en ese momento los
aldeanos han entrado para ayudar, y aprovechando la distracción
le he lanzado el candelabró, gracias a un lanzamiento certero ha
caido al suelo, salvandose así el chico.
Despues de eso los aldeanos y yo hemos liberamos al niño y su
madre.
En ese maldito momento han aparecido las tropas esperadas por el
pueblo, y parecia que me iban buscando, así que he tenido que es-
conderme unos días en casa de Teresia y Carlo. Los cuales, en agra-
decimiento me estan ocultando y dando cobijo.
Hoy he tenido un día algo ajetreado, me han herido y, ademas, solo
he podido dormir un poco, así que ahora me voy a dormir.

Fecha 1672-8º-2
He descansando durante unos días en casa de Teresia y Carlo,puesto
que no ha ocurrido nada de interés real no he escrito nada estos días,
el niño me ha comentado que su padre también es un pirata despues
de confesarle que yo mismo lo soy.

Eso me ha hecho abrir los ojos. Necesito un barco, mi sitio es el mar,
necesitaré tripulación, lo primero será encontrar un buen navegante.
Mañana saldré, por suerte los del pueblo en agradecimiento me han re-
galado una barca, ropa y víveres.
Aun no sé que es lo que me ha pasado, pero pienso averiguarlo.

Fecha 1672-8º-3
Hoy he salido del pueblo, la gente era muy amable y la despedida
ha sido efusiva, pero mi destino no era quedarme allí. Me dirijo ha-
cia Altamira, pues está en la dirección que quiero tomar, que no es
otra que la dirección del mar.

Fecha 1672-8º-5
He pasado dos días viajando sin nada que contar, pero hoy me he encontrado
a un chico medio ahogado en el rio, estaba en un rápido y solo he tenido una
oportunidad de cogerlo. Ahora mismo está durmiendo, calado y con una brecha
en la frente, no parece muy grave, pero estoy algo preocupado. He mirado sus
cosas, era demasiado tentador, ahí he encontrado algunas monedas, una carta
cuyo contenido he respetado y, lo más importante, un mapa. Parece algun tipo
de tesoro, que interesante. Tengo que hablar con él. Escribo ahora, por la tarde,
y no esta noche, porque supongo que estaré ocupado. Mañana por la noche de-
jaré escrito lo hablado con él ahora, parece que se empieza a mover.

Fecha 1672-8º-7
No he podido escribir en un par de días. por donde empezar...
"1672-8º-5"
El chaval me contó al despertar que su barco habia naufragado, parece ser
que se dio un buen golpe en la cabeza y cayó. Por suerte lo encontré en el
rio, en la zona de los rápidos y lo salvé, si no podria estar muerto. El chico
se dirigia a Höff para entregar una carta de su maestro, además estaba el
mapa, que ganó en el barco en una partida de cartas, me he ofrecido para
ayudarle a encontrarlo, puesto que estaba de acuerdo ibamos a entregar
su carta y luego hariamos lo del tesoro. Se presentó como Cortés, y parece
ser que es un aprendiz de espadachin. Me preguntaba como lucharia, pero
en breve iba a comprobarlo.

"1672-8º-6"
Al día siguiente nos adentramos en el bosque para llegar hasta Höff, en un
momento dado Cortés se encaramó a un arbol para otear y comprobar nues-
tra posición, en ese momento los ví, Kobolds. Nos atacaron una decena de
esas criaturas, algunos dicen que son demonios, no lo sé. Cortés estaba su-
bido a un arbol y lo único que podia hacer era defenserse de las criaturas
aladas, yo me desembarace de ellas no sin alguna dificultad y un garrazo
muy doloroso, cuando acabé con las de el suelo Cortés pudo bajar, en ese
momento no se me ocurrió otro modo de acabar con ellos que lanzar a sus
compañeros como proyectiles ¡y funcionó! (no lo esperaba). Despues de lu-
char con ellos seguimos adelante. Durante el día me dio la impresión de que
el bosque estaba especialmente silecioso. Por la noche acampamos con los
aullidos de los lobos resonando en nuestros oídos, por pura precaución subi-
mos a un arbol para que no nos atacaran, ya que parecian especialmente au-
daces. Y por pura casualidad ví una luz en la oscuridad, podia ser una idea
sensata, podia no serla, pero el caso es que fuimos a ver que era. En efecto,
no fue una idea sensata, nos encontramos un grupo de hombres en una espe-
cie de ritual, estaban sacrificando gente, y los sacrificados eran los tripulantes
del barco en el que viajaba Cortes. Tres hombres llevaban a cabo el ritual
mientras el resto aguardaba, no pudimos soportar ver esa atrocidad, así que
salimos a detenerles. Nada más vernos cinco de ellos se abalanzaron sobre
nosotros, mientras yo los distraia el chaval fue directo a por los tipos del ritual,
que seguian cortando los cuellos de esos desdichados a pesar de todo. Mientras
mis rivales iban cayendo bajo mis golpes, varios tipos más medio ocultos me
estaban disparando con arcos, por suerte en medio de la refriega no me conse-
guian acertar. Por lo que me contó Cortés más adelante él tenia sus propios
problemas pues los "sectarios" tenian varios escoltas que los protegian, por
suerte lo subestimaron y el chaval pudo dar buena cuenta de uno de ellos, la-
mentablemente sus adversarios se enfurecieron y embistieron al pobre chico.
Despues de una nariz rota, un brazo roto, creo que también unas costillas y un
par de "afortunados" noqueados me libre de los mios y casí literalmente volé
hacia los sacrificados, de reojo ví que el chaval aguantaba y decidí confiar en él.
Agarré un palo ardiendo a mitad de la carrera y golpee la cara del "sectario" más
cercano, que vestia una tunica de un color rojizo como las llamas, advertí que
sus otros compañeros lucian túnicas de colores distintos, no sé si era importan-
te, pero ya que me he acordado me apetece ponerlo. Bueno, lo elegí porque ya
sé acercaba a una nueva víctima. Se tambaleo, pero por sorprendente que pa-
rezca no parecio muy afectado por el golpe. En ese momento,mientras pensaba
que demonios podia hacer ocurrió algo increible.
De la fuente que manaba junto a los pobres sacrificados estalló una nube de
agua, de lo que parecian las mismisimas profundidades del abismo surgio una
bestia lobuna descomunal, mediria no menos de tres metros de largo y dos de
ancho, sus ojos eran como brasas encendidas y en su boca habia manchas de san-
gre, sus patas terminaban en unas garras como cuchillas, también manchadas de
sangre. La sangre de la boca podria haber procedido de cualquier desgraciado,
pero la de las garras se podia determinar perfectamente de donde erá.
Su dueño era un barbaro imponente con un par de hachas que habia salido gol-
peando a esa bestia y con un gran tajo en su espalda, apareció al lado de esta y,
con mucha habilidad dio una sorprendente voltereta en el aire y aterrizó perfec-
tamente, por otro lado la criatura fue a parar sobre el sectario al que yo habia
golpeado y sobre uno de sus protectores, que habia dejado de lado a Cortés
para defender al tunica roja, con la mala suerte de caer a las llamas, también
caía sobre mí pero de alguna manera rodé a tiempo y me salvé por los pelos.
Mis recuerdos de lo que sigue son tal vez algo confusos. Me recuerdo a mi, jun-
to al chaval desantando a los cautivos supervivientes, recuerdo que llovía, habia
un fuerte olor a sangre en el ambiente, podia oír el relinchar aterrado de los ca-
ballos, parece que el bárbaro nos empezó a ayudar a soltarlos, nada más termi-
nar algo muy pesado cayó sobre mí, sin pensar en el dolor grité a todo el mundo
que corriera y salí disparado, seguí a Cortés y me lo encontré luchando contra uno
de los sectarios, corrí hasta el más alejado, que parecia que trataba de lanzar al-
gun tipo de sortilegio y lo noquee, a continuación fui a ayudar a cortes, su espada
se habia desintegrado de alguna manera, cosa de la magia del cultista, supongo,
mientras trataba de reducirlo oí una especie de grito de guerra, la lluvia se intensi-
ficó, y ví entre las sombras como el barbaro luchaba y caía en las fauces de la bes-
tia, despues ví como aparecia un tipo inmenso a traves de algun tipo de brecha
mágica, a continuación la bestia era arrastrada con el tipo, repentinamenten se le-
vantó un huracan o tormenta...y amanecí sobre un arbol a un kilometro o más del
lugar. Tengo que encontrar a ese bárbaro:
1º derrotó a esa bestia invocando a un Dios o algo así.
2º creó una tormenta inmensa.
3º cayó con estilo mientras luchaba con ese bicho.
Conclusión: ¡ese tio es la ostia! (aparte nos ayudo a desatar a los sacrificios,
y ni los liberados lo hicieron, tenia que ser un buen tipo).
Todo esto ocurrió el día 6...

"1672-8º-7"
Esta mañana fue cuando amanecí encima del arbol, habia caido como mínimo a un
kilometro de donde estabamos, no sé que fue más sorprendente, la distancia que
volé o que caí casualmente al lado de Cortés, ambos estabamos... digamos bien,
bueno, todo lo bien que podria estar alguien que ha volado kilometros hasta un ar-
bol. Despues de ver el reguero de destrucción en el bosque y de que Cortés me
dijera que habia visto un ploblado, o al menos el humo, bajamos y fuimos a donde
creimos que habia pasado lo del día anterior. Habia muchos cadáveres, una autén-
tica lástima, tanta gente, lo único vivo que vimos fue un caballo, aunque algo reti-
cente registré algunos cuerpos en busca de dinero.
Famélicos fuimos hacia la población que Cortés habia visto, cuando llegamos apre-
ciamos más detalles del temporal, parece que el pueblo tenía una empalizada y es-
ta estaba agujereada y derruida por varios sitios. Preguntamos a los aldeanos que
habia pasado, parece que habian sido los efectos del temporal, nos dijeron que el
lugar se llamaba Brunder y era una aldea de cazadores. Nos indicaron donde po-
driamos comer algo, fuimos a la posada en la que estoy escribiendo estas líneas
ahora mismo, la Posada del Cuerno Astado. Despues de comer fuimos a ver a un
hombre que nos indicaron para que nos curara un poco las heridas, su nombre es
Ludovich. Despues de tratarnos las heridas y el veneno que nos habian inyectado
los kobolds y de aconsejarnos sobre donde podriamos ir a dormir esa noche (esta
posada) visité un edificio grande que tenia unas estatuas que parecian Kobolds en
el exterior, resulto ser un gremio de cazadores y al parecer las estatuas eran para
ahuyentar a los Kobolds, que son extremadamente teritoriales.
Mientras, poco despues, hablaba con Cortes, me dijo que su nombre de pila era
Sebastian. Despues de esta interesante revelación que demostraba que me habia
ganado su confianza (ya le habia salvado la vida dos veces) tratamos de solucionar
el problema de como conseguir dinero y nos vino a la cabeza el caballo que habia
en el claro del lobo monstruoso, casi rezando para que estuviera aun por allí fuimos
a buscarlo, por suerte ahí seguia. Volvímos al pueblo, fuimos al almacen, vendímos
el caballo y nos reequipamos, compramos una tienda, herramientas, ropa, etc. Se-
bastian me confesó que habia perdido el mapa, así como la carta que tenia que en-
tregar. Resueltos a encontrar el tesoro de todos modos decidimos que debiamos in-
ternarnos en las colinas donde creimos que podria estar. Ibamos a ir por la mañana,
pensando que ya nos buscariamos problemas allí, iluso de mí, no tardamos tanto en
encontrarlos.
Esa misma noche, de madrugada, nos desperto una campana de alarma.
Salimos de la habitación apresuradamente y seguimos al gentío, nos informamos
de lo que estaba ocurriendo. Al parecer un ejercito de animales y monstruos se di-
rigía hacia donde estabamos, el problema principal era que las murallas estaban
agujereadas y no permitian una fácil defensa para la gente, Sebastian y yo nos
ofrecimos para ayudar en la defensa del lugar, la aceptaron rápidamente, nos ex-
plicaron que el comportamiento de las criaturas no era normal, principalmente
porque viajaban juntos cosas tan dispares como pueden ser un oso, lobos, ciervos,
y kobolds, entre otras cosas.
Me aposté en uno de los agujeros de la muralla, parapetado por un carro mientras
Cortés se colocaba en otro, tenia a cuatro cazadores conmigo y en la parte alta de
la muralla habia unos cuantos con arco, parecia tarea fácil, pero solo lo parecia.
Se nos abalanzaron unos cuantos Kobolds, de los cuales dimos cuenta en seguida,
lamentablemente los hombres que me acompañaban cayeron bastante rápido, eran
cazadores, no luchadores, y se noto. Luego llegaron los lobos, esos me dieron más
problemas, para que no cruzaran me subí al carro y allí trate de detenerlos, eran
tres lobos los que trataron de rodearme, sin perder la sangre fria fui evitando sus
ataques y consegui golpear a uno en el morro bastante duro como para que cayera
inconsciente, a continuación aproveché que otro se impulsó para atacarme para ha-
cer que se estrellará contra la muralla impulsandoló contra ella. Cuando me encaré
al último ví como se nos hechaba encima un oso tremendo que tumbó el carro, ro-
dando para no recibir el impacto me pusé a salvo y durante la caída aproveché la
distracción del lobo para noquearlo. Preocupado por el oso me incorporé y ví a Cor-
tes luchando solo contra el animal.
Se habia encargado de su lado y habia venido a ayudarme, pero cuando fuí a he-
charle una mano una serie de kobolds voladores se me hecharon encima. Arranqué
el palo del carro que sirve para tirar de los caballos y golpee a las bestias mientras
se me abalanzaban, al parecer habian acabado con los arqueros, cuando lancé con-
tra una pared a la última criatura fui corriendo hacia donde estaba Cortes para ayu-
darle, el chaval habia estado esquivando los golpes del oso mientras le lanzaba tajos
con su espada, desafortunadamente el animal rabioso del dolor consiguio golpear a
Cortes, cuando ambos parecian preparados para dar el golpe que derribaria al otro
el oso cayo al suelo con un gran estruendo,el palo se me habia roto, pero al me-
nos habia llegado a tiempo, ese tipo de desenlaces me ponen algo nervioso. Poco
despues el resto de criaturas fueron repelidas, habian habido muchas bajas entre la
gente, nos agradecieron nuestra ayuda, ayudamos en lo que pudimos, despues nos
fuimos a dormir de nuevo, yo estoy algo herido, pero cortés esta bastante mal, de
todos modos quiere seguir, supongo que podrá, fuerza de voluntad no le falta.
Y eso es todo lo que ha pasado en estos dos días, mañana veremos que tal sigue
el viaje, ahora voy a descansar, estoy agotado.

Fecha 1672-8º-8
Y yo que pensaba que tendria un par de días tranquilos, el viaje iba bien
hasta que nos han atacado unos seres muy raros que parecian simios, se
llaman gouls y parece que persiguen a los heridos, por lo que Cortes los
atrajo como la miel a las moscas. Despues de un pequeño enfrentamiento
en el que los hemos puesto en fuga hemos montado un campamento. A ver
si mañana es un día más tranquilo.
Vuelvo a coger el diario despues de un encuentro inesperado, nada más he
acabado de escribir han llegado unos hombres armados, me ha sorprendido
que uno de ellos fuera nada más y nada menos que el bárbaro del otro día,
parece que se encontró con los monstruos que he descrito antes y, por suer-
te, una columna de viajeros que pasaba cerca lo salvo. Le he pedido que se
una a mi tripulación y me ha dicho que sí, ademas en la susodicha columna
viajaban un busca tesoros y un historiador, se van a venir con nosotros para
buscar el tesoro, parece que ese era tambien su objetivo. Bueno, al menos
ya tengo al navegante.

Fecha 1672-8º-9
Un día apacible de viaje, vamos hacia el lugar indicado por el mapa, o eso
creemos.
El buscatesoros se hace llamar Giorgio Banale. El historiador es un tal Perez,
que ademas cuenta historias interesantes. Nuestro Vesten se llama Argulf.
A ver si poniendolo aquí lo recuerdo no es fácil siendo en un solo día un nom-
bre castellano, uno vesten y uno vodaccio.

Fecha 1672-8º-10
Segundo día de viaje tranquilo, mañana supongo que llegaremos a nuestro
destino, tengo curiosidad por ver lo que encontramos.

Fecha 1672-8º-11
Hoy hemos llegado al valle. El lugar era amplio, y no sabiamos bien que bus-
cabamos. Despues de estar todo el día dando vueltas sin éxito al oscurecer
estabamos en el punto más alto del lugar y Cortes nos ha indicado que le
habia parecido ver una pequeña luz en la lejania. Movidos por la curiosidad y
esperanzados por la posibilidad de que fuera una pista nos encaminamos ha-
cia allí Argulf, Giorgio y yo. Encontramos a unos hombres que parecian estar
explorando el lugar, yo me he acercado con toda mi buena intención pero ellos
me han atacado sin más, despues de un par de tortazos los de fuera parecian
haber comprendido nuestras buenas intenciones, pero al momento han sonado
muchos pasos de gente que salia de los tuneles que estos exploraban, y pare-
cian armados. Habia demasiada gente como para convencerlos a todos de
nuestras buenas intenciones y hemos tenido que poner algo de distancia entre
ellos y nosotros, medio valle más o menos. Ahora mismo parece que nos estan
buscando, pero no creo que nos encuentren, mañana veremos que pasa.

Fecha 1672-8º-13
Suerte que guarde este cuaderno en el campamento, si no es probable que
ahora no lo tuviese, ya que el resto de las cosas que me llevé o las he per-
dido o estan mojadas. He visto morir gente últimamente, durante estos días,
pero desde que empece este diario es la primera vez que pierdo a un com-
pañero... será mejor que empiece por el principio y así aclararé mejor mis
ideas.

"1672-8º-12"
Empezamos el día tranquilos y aburridos, buscamos, buscamos y nada. Ha-
cia el final del día dimos con algo extraño, una luz que se perfilaba a traves
de los rayos de sol del anochecer y que no guiaba a unas cuevas. Allí tuvi-
mos un encuentro fugaz con unos cuantos de los tipos del día anterior, que
nos volvieron a atacar. La verdad, me dieron pena, porque quedaron hechos
unos zorros, espero que escarmienten y nos dejen en paz de una vez. Siguien-
do con la exploración encontramos unos pasillos construidos en una de las
cuevas, parecian antigüos y extraños.Habia unas extrañas puertas corredizas
y redondas que nos costaban horrores abrir. Y cada habitación era un lugar ex-
traño. La 1ª estaba abierta, y creo que puedo asegurar que nunca hemos esta-
do tan cerca de la muerte, ni siquiera cuando aparecio el lobo demoniaco. Mis
compañeros estaban aun bastastante malheridos y ademas apenas se veia, lo
que vimos nos sorprendio. Cadaveres que andaban, eso si que no lo habia visto
aun, existen historias que hablan de ellos, pero como suele pasar con esas cosas
uno no se las toma muy en serio. El caso es que esos seres te enganchaban una
cosa en el cuello y te metian algo dentro, La sensación era asquerosa, y me dio
la impresión de que se me nublaba un poco la vista. A mi me agarro uno, me pu-
de soltar usando toda mi fuerza, a Cortes lo agarro otro, lo pudimos soltar entre
todos, si hubieramos sido menos habria sido imposible. Usando el fuego y esfor-
zandonos al final acabamos con las dos criaturas que nos atacaron. Parece que
habia un bicho en cada uno de los cuerpos que los controlaban, nos fuimos de allí
rápidamente...por si acaso.
La 2ª habitación tenia una fuente, el agua parecia limpia aunque algo extraña y
bebi un trago.
La 3ª habitación era completamente negra y parecia hueca, la vimos cuando yo
desperte, al cabo de unas horas, parece que el agua era alguna especie de somni-
fero, aunque por otro lado la herida de mi brazo habia sanado completamente, mis
compañeros malheridos decidieron probarla tambien.
La 4ª habitación, a la que fuimos horas despues, cuando despertaron Arwulf y
Cortes, en bastante mejor estado, parecia tener algun tipo de mecanismo que
movia toda la habitación, decidimos que habia que probarla, y nos metimos den-
tro, cuando salimos estabamos en una cuenva subterranea, o eso deducimos,
al parecer la habitación entera habia bajado hasta allí, a saber como funcionará
ese trasto.
Despues de dar algunas vueltas por la cueva nos dimos cuenta de que era mas-
todontica, inmensa y puede que me quede corto con su tamaño. Lo primero que
encontramos ahí abajo de interes fue una especie de ¿observatorio? no sabria
como llamarlo, pero se veia el cielo, parecian haber muchos mecanismos y unas
extrañas estatuas. Lo segundo que encontramos nos dejo sin respiración, en una
cueva enorme, con un gran agujero en el techo, como si de un volcan se tratara,
a traves de los primeros rayos de luz que anunciaban que ya habia amanecido, se
encontraba una ciudad.
"1672-8º-13"
Estabamos en una balconada, muy por encima del suelo. Tratabamos de decidir
como bajar, pero Cortes decidio que no le apetecia pensar, habia un lago a nues-
tra izquierda, así que él saltó. Así, sin más. Vimos como aterrizaba en el agua, pa-
rece que habia acertado, por suerte. El problema es que no salia a flote, y enton-
ces recordé que el maldito chaval NO SABIA NADAR. Agarre mi cuerda y salté, es-
trellarme contra el agua a más de 50 metros de caida libre no me hacia gracia es-
pecialmente, así que agarré mi cuerda con garfio y me enganche a uno de los sa-
lientes que ví sobre el agua, balanceandome y a continuación saltando al agua.
Lo busque bajo el agua como pude, al final lo encontré y pude sacarlo, aun respi-
raba por suerte. Así es como empezamos en la ciudad.
Ayudamos a bajar al resto con las cuerdas, una vez abajo nos pusimos a explorar
el lugar. Encontramos (o tal vez deberia decir que nos encontraron) unas criaturas
con forma de pelota y todo dientes, estaba preocupado porque parecia que habia
cientos, pero nos encargamos de ellos con poca dificultad. Una vez despachados
seguimos con nuestra exploración, no voy a describir todo lo que ví, pues era de-
masiado, tan solo mencionaré lo más importante. La ciudad tenia una serie de es-
tatuas gigantescas repartidas por todo el lugar, y en el centro mismo habia una
estructura piramidal, más grande de lo que puedo describir, ¡y de oro!
Exáminando la puerta de la piramide llegamos a la conclusión de que habia que ha-
cer algo en las estatuas gigantes para abrirla, así que nos pusimos a visitarlas. El
problema fue que mientras lo haciamos los otros exploradores habian encontrado
el lugar y estaban preparando cargas para dinamitar la entrada a la piramide. A
pesar de emboscar a un grupo de ellos no pudimos evitar la explosión.
De todos modos aprovechamos la nueva entrada para colarnos nosotros mismos.
Una vez dentro encontramos una trampa en la que el suelo se abria, en la que en-
cima habia caido uno de los intrusos (los otros intrusos claro) y que por nuestra cul-
pa se precipito al vacio, espero que se encuentre bien...
Nos pillaron despues de eso, pero nos cubrimos saltando la trampa y seguimos ade-
lante, hasta una habitación en la que habia objetos varios bastante valiosos. Nos lle-
vamos unos cuantos y volvimos, nos estaban esperando todavia, pero aun así aca-
bamos con ellos. Despues hubo una gran confusión, pasaron muchas cosas a la vez,
lo que consigo recordar es como salia junto a nuestros supuestos enemigos, mientras
empezaban a aparecer unos tentáculos enormes por todas partes, depues de eso se
entablaron varios enfrentamientos a nuestro alredor con algunos de los exploradores.
Cortes estaba enfrentandose a un tipo con armadura, Arwulf luchaba contra varios de
esos tipos, por mi parte tuve que sacar a Perez de la piramide porque, de alguna ma-
nera, habia caido dentro de nuevo. Despues de eso me enfrenté al que supongo era el
jefe de la expedición, el cual estaba matando a sus subordinados mientras huian de la
bestia, que ya alcanzaba metros de altura. En ese momento volví a ver a Giorgio, fue
la última vez, la bestia lo habia cogido y lo destrozó, solo dejo caer una mochila que
recogio Cortes, al momento la criatura se abalanzó sobre él, aunque con dificultad con-
segui esquivar al jefe explorador, el Vodaccio, y fui a ayudar a Cortes. Despues empe-
zamos a correr, era evidente que la criatura queria lo que Cortes habia recogido, así
que le grite que me lo tirara. Lance la bolsa lejos de nosotros y la critura nos dejo en
paz al fin. Cuando estabamos subiendo rápidamente por donde habiamos entrado, ya
que la cueva se nos caia encima, aparecio en lo alto el Vodaccio, que nos pidio el objeto
que yo habia tirado, como es lógico no se lo pude dar, así que trato de estrellarnos con-
tra el suelo cortando la cuerda, nos salvamos por un pelo, pero el muy ruin habia prepa-
rado unos toneles de polvora que dinamito cuando estabamos llegando arriba. Caí en el
agua y se formo un remolino por el que fui tragado.
Cuando me recupere estabamos en el exterior, habiamos salido despedidos por un rio
subterraneo hasta la cascada del valle, eso acaba de pasar hace un rato. Ahora hemos
de decidir a donde tenemos que ir.